Buitres viajeros I

Diario del Altoaragón 22/11/09
Ha aparecido un buitre segoviano en Polonia, electrocutado y muerto. Otro en Senegal, envenenado y muerto. Estas odiseas viajeras se unen a las protagonizadas por muchos buitres desde que el hambre es su pan de cada día.
Recordar los 200 que en el verano de 2007 aparecieron en Bélgica causando admiración en aquellas gentes que, sabedoras allí de su hambre aquí, les dieron comida para hacer llevadera su estancia y dar esperanzas a su incierto regreso. Hace no mucho, desembarco de 150 en Menorca. Un buitre de Castellón vive en Suiza, otro, alcoyano para más señas, está en los Alpes franceses y muchos han abandonado nido para recorrer cientos de kilómetros jugándose la vida (para perderla) en vertederos, cunetas y con molinos eólicos.
Las explicaciones a su súbita vocación viajera, impropia de aves adultas, no convencen al sentido común que dice que sus viajes no son por placer sino por necesidad, hambre. Hace poco se admitió la relación entre ésta y el aumento de “ataques”. Una relación causa–efecto evidente desde hace años para casi todos. Lejos de caer en la tentación de considerar a los buitres viajeros como una anécdota simpática, hay que ver en estos grandes viajes un síntoma más de que los estamos perdiendo.

David GARCÍA FERNÁNDEZ