Carta de tres naturalistas suizos

Otra amenaza para los buitres:el programa de uso público del Parque
Foto: Jean Claude Parlier

Lunes 15 de junio de 2009, 19 h. 15 m.

Somos tres naturalistas sentados a la sombra de los árboles en la plaza del pueblo de Montejo de la Vega, al pie del campanario contiguo a la pequeña capilla. En la parte superior del campanario, una familia de cigüeñas tiene su nido. Sobre el montón de ramas entrelazadas, dos jóvenes, reconocibles por sus picos negros, ensayan sus alas bajo la mirada vigilante de uno de los padres. Altos en el cielo, llevados por las corrientes cálidas, algunos buitres planean majestuosamente encima del pueblo.
Llegados el mismo día desde Suiza, tenemos cita con el más eminente de los especialistas del censo y de la preservación de los buitres, el Dr. Fidel José Fernández, Presidente del Fondo para el Refugio de las Hoces del Riaza. Él festeja estos días sus 35 años de censos de los nidos de los buitres, y su reputación sobre la materia ha rebasado desde hace mucho tiempo las fronteras de España. Esta tarde, a iniciativa suya, y con la ayuda del guarda de WWF España, Jesús Hernando, un hombre enteramente entregado a la protección del Refugio y de su colonia de buitres, tendremos la ocasión de asistir al festín de los buitres leonados en el comedero del Refugio. El Land-Rover donde tomamos plaza transporta un remolque en el cual se
encuentra la comida destinada a los buitres, el cadáver de un cerdo. El guarda Jesús Hernando deposita el cerdo muerto en el suelo. Nosotros medimos allí, en este momento, el increíble clima de confianza que se ha desarrollado entre el guarda y los buitres. Estos últimos no solamente reconocen desde muy lejos el vehículo, sino que están habituados a la presencia del guarda entre ellos. Cualquier otra persona que se aventurase a salir del vehículo provocaría el vuelo inmediato de las rapaces y perturbaría el proceso de alimentación. Apenas el cadáver del cerdo está depositado sobre el suelo, tiene lugar una formidable pelea con un ruido ensordecedor de batido de alas, de picos que entrechocan, de gritos agudos, cada rapaz intentando tomar su parte del festín. Un espectáculo extraordinario, alucinante, nosotros no creemos lo que ven nuestros ojos. Somos conscientes de asistir, como espectadores privilegiados en un momento único, a lo que pocos
naturalistas han tenido la ocasión de ver tan cerca. Estamos a apenas 15 metros de la refriega. Los buitres están hambrientos, en menos de 2 horas el cerdo entero habrá desaparecido. El Dr. Fidel José Fernández nos precisa que de 11 muladares existentes en la región, no quedan más que 3 en actividad. La nueva ley europea que reglamenta severamente la eliminación de las carroñas de animales muertos es la razón de ello. No es ya apenas posible, en efecto, depositar los cadáveres fuera de los lugares de recogida y de incineración oficiales. Si esta ley tiene su razón de ser para una gran parte de Europa, es una aberración para una región como Montejo. ¡Al final esta ley arriesga poner en peligro la existencia misma de la colonia de buitres!
Un peligro mucho más grande amenaza la colonia, es el turismo de masas deseado por algunos desde la creación del Parque Natural; y el proyecto, no desechado del todo aún, de una senda larga que atravesaría los páramos solitarios y haría accesibles, por su parte superior, los barrancos donde anidan los buitres. Sería un duro golpe
poner en peligro la nidificación de especies valiosas en estos enclaves delicados. Un grupo de hombres apasionados y de asociaciones de protección de la naturaleza vigilan y luchan para evitar un daño así. No dudan en comprometerse con riesgo incluso de perder su empleo, como se ha visto ya con Juan José Molina. Y recuerdan el ejemplo del guarda Hoticiano Hernando, en cuyo libro firmamos hoy.
Nosotros osamos esperar que las autoridades competentes comprenderán lo que se arriesga y sabrán tomar las medidas necesarias para proteger integralmente este sitio único en Europa, incluso a nivel mundial.
En nombre de tres naturalistas suizos en visita a Montejo, muchas GRACIAS al Dr. Fidel José Fernández por el trabajo realizado a lo largo de estos 35 años, y particularmente al guarda Jesús Hernando por el espectáculo inolvidable del festín de los buitres. Muchas GRACIAS a todos los que luchan diariamente para salvaguardar este patrimonio único. Bravo y continuad.

Jean-Claude e Yvette Parlier-Coste, y Marianne Delacrétaz